miércoles, 26 de mayo de 2010

Nueva técnica para convertir la energía solar en azúcares

Permitirá la producción de biocombustibles con mayor aprovechamiento del potencial energético


Ingenieros e investigadores de la Universidad de Cincinnati han desarrollado una nueva técnica para convertir la energía solar en azúcares. La metodología podría emplearse para producir biocombustibles con un mayor aprovechamiento del potencial energético, eliminando dióxido de carbono del aire y sin afectar superficies de tierra para cultivo. El avance se obtuvo al analizar una sustancia natural empleada por especies de ranas tropicales y plantas para aprovechar la energía solar. Por Pablo Javier Piacente.



El nuevo método de producción de biocombustibles toma funciones desarrolladas en la naturaleza y las aplica a técnicas de ingeniería energética. Imagen: University of Cincinnati. Un trabajo de especialistas de la Universidad de Cincinnati ha permitido desarrollar una nueva metodología para transformar la energía solar en azúcares, para posteriormente producir biocombustibles. La gran ventaja del sistema es que logra optimizar la generación de energía, disminuyendo el dióxido de carbono presente en el aire y sin requerir cultivos que puedan competir con el desarrollo de producciones de tipo alimenticio. El nuevo método nació de la observación de sistemas naturales que llevan adelante diferentes especies vegetales y ranas.

Se sabe que durante mucho tiempo los agricultores han estado tratando de encontrar maneras de obtener más energía del sol, y esa obsesión se ha trasladado ahora a la producción de energías alternativas, como los biocombustibles o la energía solar. El propósito es incrementar la eficiencia de este tipo de producción energética.

Los expertos de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas y el Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Cincinnati han creado una revolucionaria metodología para tomar la energía del sol y el dióxido de carbono del aire para crear nuevas formas de biocombustibles.

El avance, difundido a través de una nota de prensa de la Universidad de Cincinnati y publicado en los medios especializados Nano Letters y Science Daily, se ideó gracias a el comportamiento de una especie de ranas tropicales y distintas variedades de plantas, que aprovechan la fotosíntesis para generar una sustancia natural de gran eficacia energética.

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